La vida es tan mágica.
Llena de sorpresas en nuestro diario vivir.
La vida cada día nos regala un amanecer con el canto de las aves.
Nos regala un atardecer que irradia con sus colores.
Nos regala la música.
Nos regala el cielo celeste con todo su esplendor, algunas veces con nubes blancas, grises o casi negras.
Nos regala el mar, reflejando la luz solar en su plenitud.
Nos regala personas mágicas;
personas que brillan más que el sol.
Esas personas que se encuentran escondidas en algún rincón del mundo,
que en cuestión de segundos se meten a tu mundo.
Personas que cuando las descubres no hay marcha atrás;
llegan para acompañarte, para cuidarte, para abrazarte, para regalarte un poco de magia, llegan para quedarse.
Porque cuando te caes, ellas te levantan sin tocarte, solamente con una mirada, con una frase, con un gesto.
No son perfectas, pero las personas mágicas existen y yo tengo una de ellas con quién disfruto mis días.
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