¿Café?

¿Café?
-Si.
¿Sola?
– Claro!
¿Estás bien?
– Pst… normal. Duele, pero puedo aguantarlo.
Y… ¿Qué vas a hacer?
– No… Nada. Dejar que siga doliendo.
Las ausencias duelen.
– Si…
Podrías llamarlo…
– El también podría llamarme…
¿Le escribiste?
– Sí.
¿Te respondió?
– No.
¿Por orgullo?
– Es muy probable que sí. Quizás para él es mejor así.
No entiendo.
– Yo tampoco logro entender.
Ah… Entonces… Café sola, te lo traigo ahora mismo.

Compartir:

Comparte en tus redes sociales.