Cuando algo duele, vibra, arde o se vuelve insoportable,
escribo.
Escribo para no romperme.
Para no guardarme todo lo que me quema por dentro.
Porque hay emociones que no caben en el cuerpo,
pero sí en una hoja.
Porque a veces, decirlo no alcanza,
y necesito soltarlo con letras.
Escribir es mi manera de hablar sin interrupciones.
De decir lo que no me atrevo en voz alta,
de desnudar lo que siento sin pedir permiso.
Es mi manera de volar cuando todo pesa,
y de quedarme quieta cuando todo se mueve demasiado.
A veces escribo para no llorar.
Otras veces, para llorarlo todo.
Escribo para volver a mí,
para encontrarme, para soltar lo que no me pertenece
y abrazar lo que sí.
Escribir es mi libertad.
Es mi refugio.
Mi manera de amar sin miedo.
Mi forma más pura de ser.
Y si alguna vez no entiendes mis silencios,
léeme.
Ahí estoy.
Ahí grito, vuelo, lloro, amo, y respiro.

Hermosa escritura, como su autora.