Amigos

La noche pasa, la vida pasa y yo escribo como si tuviera que despedirme.
A estas alturas, he perdido a muchas personas que quería. He pasado por millones de grandes y pequeños fracasos, he cometido muchos errores y he tenido algunos aciertos.
Bajo el signo del insomnio, pienso en el gran acierto de ustedes, mis amigos.
Ahí estan. A unos los tengo desde que era pequeña, a otros los encontré a lo largo del camino, otros acaban de llegar a mi vida.
En mis momentos peores, en mis tramos más oscuros, han sido un punto de luz y la mano que me llevaba hasta la salida del laberinto. Cada vez que me lanzé al vacío han sido la red que no dejaba que me estrellara.
Me han visto sufrir enormemente.
Ahí estan también cuando sonrío y abrazo la vida, cuando me río por nada, cuando lloro sin parar, cuando canto (tan mal, que sería comprensible que salgan corriendo), cuando cuento sin gracia chistes que no recuerdo. Cuando digo tonterías y cuando reflexiono seriamente. Cuando me enojo, cuando bailo como si estuviera sola en el mundo y cuando quiero hacer la revolución.
Estan en mi bando, en todas mis batallas, aunque crean que estan perdidas.
Me acompañan en caminos muy difíciles, hemos hecho juntos viajes personales profundos, a veces desgarradores.
Mil veces he muerto, he resucitado
Y siempre los encuentro para poder seguir adelante.
Amanece y doy las gracias.
Gracias, amigos.

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