Amar a un varón no se trata solamente de estar a su lado y acompañarlo en su diario caminar. No es tan solo eso.
Debemos saber y recordar siempre que a él también le gusta el chocolate, le gusta el café, la poesía, la música, una cena romántica…
Amar a un varón es despertar cada día y preguntarle cómo estuvo su descanso, realizarle una visita inesperada, una sorpresa sin que sea una fecha especial, mandarle mensajes bonitos en cualquier momento, hacerle una llamada solo para decirle «te amo mucho» y al llegar la noche poder preguntarle cómo estuvo su día.
Amar a un varón no es tan fácil, pero es hermoso; requiere de tu tiempo, paciencia, de tu entrega.
Debes ser romántica empedernida,
debes aprender a tener la pasión y entrega de una enfermera,
debes saber de moda, ser experta lectora de sus expresiones para entenderlo en cada momento.
Debes aprender algo nuevo cada día y sorprenderlo.
Tienes que ser su amiga, su confidente, su paño de lágrimas, aún cuando dicen por ahí que los hombres no lloran.
Debes saber que los hombres también son débiles, rara vez lo aceptan pero también sufren más allá de que se pongan miles de corazas para hacerte creer que no es así.
Debes saber que no siempre él es quién debe invitar el café, también hazlo tú alguna vez.
Para amar a un varón debes primero amarte mucho a ti y luego quitarle sus miedos, conocer sus temores, ayudarlo a alcanzar sus sueños…
Amar a un varón es llorar y sonreír con él,
Es tomarle la mano,
Es abrigarlo a media noche cuando tiene frío,
Es correr por una medicina cuando tiene algún dolor corporal,
Es darle su espacio,
Es regalarle lo que le gusta y ver sus ojos como huevo frito de alegría,
Es hacer locuras solo para verlo sonreír,
Es ganarse su confianza,
Es ganarse su corazón.
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